Carlos Olea, un hombre chileno de 44 años, al que sus vecinos conocen como el "Hombre de Piedra", padece desde su nacimiento una enfermedad genética llamada fibrodisplasia osificante progresiva, una rara patología que ha destruído sus músculos y sus articulaciones, por lo que su movilidad ya es casi nula.
"Yo siento algo, algo por dentro, como si los nervios se estuvieran poniendo duros" murmura con dificultad Carlos, protagonista de un caso que difundirá el Canal 13 de televisión y que anticipa el diario "Las últimas noticias".
Carlos, es el menor de nueve hermanos y el único con esta enfermedad. Vive junto a sus padres en una casa familiar, en el sector de Tunca de Arriba, en la región central de O'Higgins.
Cada día sus padres sacan su rígido cuerpo a la puerta de su casa para que tome el aire y observe el paso de las horas en el campo. Lo atan con una correa ancha de cuero a la pared, donde suele comer gracias a un sistema de palillos.
"Carlos tiene palitos para todo, y todos ideados por él. Por ejemplo, para levantarse o bajarse de su cama y para rascarse", cuenta Pablo Hernández, periodista que descubrió el caso el pasado marzo de 2008.
Uno de ellos lo utiliza para poder disfrutar de su único placer, el tabaco. Carlos, que solo puede pestañear y aletear algunos dedos de sus pies y manos, puede fumar si le colocan un cigarrillo en la punta de una larga varilla que tiene una abertura en un extremo.
Según la jefa de la Unidad de Genética del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, Silvia Castillo, el gen que oscasiona esta enfermedad se encuentra en el cromosoma 2 y fue descubierto en 2006.
La doctora explica que las personas que padecen esta enfermedad, que por el momento no se le ha encontrado ninguna cura, no tienen descendencia y son todo hijos de padres sanos, como carlos, quien pudo estudiar hasta tercero básico en la escula, pero no sabe ni leer ni escribir.
"Carlos se ha ido quedando en una posición fija y, por suerte, tiene un brazo más doblado, que le permite subir una cuchara y fumar", cuenta la doctora, quien también es jefa del Laboratorio de Citogenética de la Clínica Alemana de Santiago.
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