Esta rara enfermedad se ha descubierto hace muy poco tiempo. Se debe a una mutación en un gen encargado de la síntesis de un tipo de canal de sodio que se encuentra normalmente en las neuronas encargadas de recibir y transmitir el estímulo doloroso.
Roberto Salazar tiene cinco años y aparentemente es normal. Intenta llevar la vida de cualquier otro niño, pero el problema que tiene es que si por ejemplo se partiera un brazo o se golpeara la cabeza contra una pared seguiría jugando como si nada hubiera pasado, no puede sentir dolor.
Este niño es uno de los pocos casos que existen en el mundo. Felicia Axelrod, ha estudiado varios de estos casos a lo largo de su vida y dice que cuando estos niños se rompen una pierna se levantan y siguen caminando sobre esa pierna como si nada hubiera pasado. "Sienten que algo les incomoda al caminar, pero se siguen moviendo como si tal cosa".
De momento se han documentado unos cien casos en Estados Unidos. Lo que ocurre con esta enfermedad es que suele pasar desapercibida y por ese motivo no se suele diagnosticar.
Las personas que padecen esta rara enfermedad son totalmente normales en el resto de comportamientos, pero sin embargo, lo que para otra persona provocaría dolor, como un golpe, clavar una aguja, etc. no lo sienten.
Estas personas suelen morir mucho más pronto que el resto, normalmente jóvenes a consecuencia de traumatismos y otras lesiones que ni siquiera se han dado cuenta de que se le han producido al no sentirlas.
Desde muy pequeños deben de estar bajo supervisión para evitar que se lesionen ellos mismos o que se hagan cualquier daño del que nunca se enterarían.
Los familiares de enfermos de CIPA tienen muy claro que "el mundo sin dolor es un infierno", ya que tienen que estar siempre pendientes de ellos.
Los niños, cuando son pequeños prueban muchas cosas y ese es el gran problema. Estos niños, al no sentir ningún tipo de dolor suelen automutilarse en el menor descuido.
A Roberto tuvieron que sacarle todos los dientes que tenía de leche porque se arrancaba trozos de su propia lengua con ellos, además de haberse hecho heridas en las manos. Tienen que alimentarlo a través de un tubo estomacal porque tampoco siente el frío o el calor y podría abrasarse o hacerse mucho daño en la garganta y ni siquiera se quejaría.
Con estos casos nos damos cuenta de que en un cuerpo humano todo existe o se siente por alguna razón. ¿Cuántas veces hemos pensado que algo no debería de dolernos? Pues por algo es así y demos gracias por sentirlo, es la única manera de defendernos a nosotros mismos.
He conocido tu original blog a través de los premios 20 blogs, donde participo en la sección de economía con http://lacrisisdelcapitalismo.blogspot.com. Desde hoy tienes un seguidor más.
Hola José Ramón:
Me alegra mucho que te guste el blog, eres bienvenido a Destylou.
Me pasaré por el tuyo, que al paso que vamos me parece que todos necesitamos un economista cerca ;p, es muy interesante.
Gracias y un saludo!!